sábado, junio 24, 2006

La noche más larga del año


Sentada en la arena mirando a la gente,
sonrisas congeladas en momentos de apatía,
palabras sueltas sin mucho sentido.

El fuego está encendido y se queman los recuerdos,
balas que disparan en el centro de tu alma,
voces inseguras que no logras oir.

De pie mirando el mar sin saber muy bien qué hacer,
sonidos de tambor, cantos de sirena,
sueños volando en el aire intentando colarse en algún lugar.

Ilusiones rotas por falta tacto,
palabras al oído que no pueden calar,
caricias olvidadas en latas de cerveza.

Cansada de mirar siempre hacia el mismo lugar,
viendo mi reloj de arena consumirse cada vez más,mientras,
el humo arrogante te obliga a llorar.

Subidas y bajadas para volver a la realidad,
creyendo engañar a la vida con un me da igual,
miradas que se cruzan sabiendo que no se verán más.

Una noche demasiado larga para mis pocas ganas de volar...

jueves, junio 22, 2006

El juguete de tu verdad



Soy la voz que calla, la mano que ya no escribe, el corazón que ya no late... Devolvedme a mi musa, devolvedme la luz... Quiero dejarme arrastrar por el mar y que las olas ahoguen mis suspiros.

Soy el viento que arranca las ramas de los árboles, la lluvia que golpea tu ventana, la nube que tapa el sol... Estrangulo la inspiración con bolsas de basura... No quiero levantarme de la silla, quiero cruzarme de brazos y enfadarme con el tiempo.

Soy el fuego que quema lo que intento escribir, soy el agua que borra mis palabras, soy la tierra que engulle mis recuerdos, soy el aire que sopla en mi cabeza... Devolvedme lo que era mío, no me digais que se mueve sola, cuando sois vosotros, vuestra caña y vuestro hilo de pescar. No me traigais otro muñeco de vuestra factoría, dadme lo que es mío y dejadme en paz.

jueves, junio 01, 2006

Hoy el cielo llora

Oigo como la lluvia furiosa golpea los cristales de mi ventana.
Mientras, mis ojos hacen apuestas a la gota que más resbala en el cristal.

Mis dedos juegan incansables con los rizos de mi pelo y mis pies marcan el ritmo de una canción.
Mi estómago me recuerda la hora de cenar y engaño al hambre con mi último cigarro.
Su humo entra fluido en mis pulmones y sale por mi boca entre suspiros y canciones.

Mi mente es dueña de mi cuerpo, ya que mi corazón sólo late.
Y es que hoy la lluvia furiosa golpea los cristales